Tras la huella de la Mujer Salvaje... hambre del Alma.
Este es mi 3º cuadro pintado al óleo.
Es un cuadro YIN, opuesto a los 2 anteriores que son YANG.
Para conocer más sobre el YIN-YANG, la teoría de los 5 elementos y la medicina tradicional china visita los enlaces.
El YING simboliza: Oscuridad, frío, interior, tranquilidad, noche, quietud, agua, oscuro, descenso... hacia el interior de la psique, del Yo profundo, del Alma.
También tiene una gran cantidad del elemento AGUA, que simboliza la energía descendente, el frío, la hidratación y que tiene la función de transportar hacia abajo. En el taoísmo chino se piensa que el agua representa inteligencia y sabiduría, sin embargo una abundancia extrema de agua puede causar dificultad en elegir y apegarse a algo.
En algún momento de nuestras vidas todas pasamos crisis, las crisis son oportunidades que nos da la vida para encontrarnos a nosotras mismas nuevamente y examinar nuestras prioridades y nuestro lugar en la vida. Para prestar atención a lo que estamos haciendo y reflexionar... Es un proceso vital, que nos permite crecer, cambiar, adaptarnos, evolucionar.
En el libro "Mujeres que corren con los lobos" hay un cuento llamado "Las zapatillas rojas" que nos enseña cosas muy importantes...
Cuenta la historia de la mujer fiera, según el diccionario la palabra "fiera" deriva del latín "fera" cuyo significado es "animal salvaje". En el lenguaje común se entiende por fiera un animal que antaño era salvaje, que posteriormente se domesticó y que ha vuelto una vez más al estado natural o indómito.
La mujer fiera es la que antes se encontraba en su estado psíquico natural y que después fue atrapada por algún giro de los acontecimientos, convirtiéndose con ello en una criatura exageradamente domesticada y con los instintos naturales adormecidos. Cuando tiene ocasión de regresar a su naturaleza salvaje original, cae fácilmente en toda suerte de trampas y es víctima de todo tipo de venenos. Puesto que sus ciclos y sus sistemas de protección se han alterado, corre peligro al estar en el que antes era su estado salvaje natural. Ha perdido la cautela y la capacidad de permanecer en estado de alerta y por eso se convierte fácilmente en una presa.
Si has sido capturada alguna vez, si alguna vez has sufrido hambre del alma, si alguna vez has sido atrapada y, sobre todo, si experimentas el impulso de crear algo, es probable que hayas sido o seas una mujer fiera. La mujer fiera suele estar muy hambrienta de cosas espirituales y a menudo se traga cualquier veneno ensartado en el extremo de un palo puntiagudo, pensando que es aquello que ansía su alma.
Aunque muchas mujeres fieras se apartan de las trampas en el último momento y sólo sufren algún que otro pequeño desperfecto en el pelaje, son muchas más las que caen en ellas inadvertidamente y pierden momentáneamente el conocimiento mientras que otras se quedan destrozadas y otras consiguen liberarse y se arrastran hasta una cueva para poder lamerse a solas las heridas.
Para evitar las celadas y tentaciones con que tropieza una mujer que se ha pasado mucho tiempo capturada y hambrienta, tenemos que ser capaces de verlas por adelantado y esquivarlas. Tenemos que reconstruir nuestra perspicacia y nuestra cautela. Tenemos que aprender a virar. Tenemos que distinguir las vueltas acertadas y las equivocadas.
¿Cómo? Desde dentro. Escuchando tu voz interior, tu intuición, empezando por amarte a Tí Misma... yendo tras la huella de la Mujer Salvaje... dejando de ser una marioneta de la sociedad que te rodea y liberándote de las cadenas, normas, estereotipos, bozales...
Comportarse "con corrección" destruye cualquier oportunidad de desarrollo. Si eres "buena", no hay vida creativa. Si te sientas "quietecita"..."si eres sumisa y obediente", no hay vida creativa. Si sólo hablas, piensas y actúas con discreción, habrá muy poco jugo creativo. Cualquier grupo o sociedad que anime a la mujer a denostar lo excéntrico; a recelar de lo nuevo e insólito; a evitar lo ardiente, lo vital, lo innovador; a despersonalizar lo personal, está pidiendo una cultura de mujeres muertas.
Ser nosotras mismas nos causa ser exiladas por muchos otros, sin embargo cumplir con lo que otros quieren nos causa exilarnos de nosotras mismas.
Ser fuerte significa encontrarse con lo numinoso de uno mismo (lo misterioso que inspira temor) sin huir, viviendo activamente con la naturaleza salvaje de una manera propia. Significa ser capaz de aprender, ser capaz de sostener lo que sabemos, ser capaz de seguir adelante, significa sostenerse y vivir.
La psicología junguiana clásica señala que la pérdida del alma se produce en particular hacia la mitad de la vida, hacia los treinta y cinco años o algo más tarde. La pérdida de la vida creativa y el precio que hay que pagar es una trampa.
Si nos apartamos de nuestras vidas auténticas y apasionadas y caemos en la tristeza que conduce a un anhelo obsesivo, corremos el riesgo de apoderarnos de lo primero que promete devolvernos la vida. Tener hambre del alma equivale a estar desesperadamente hambrientas. Entonces la mujer siente un hambre voraz por cualquier cosa que la haga sentir nuevamente viva.
Es importante mantener los ojos abiertos y sopesar cuidadosamente los ofrecimientos de una existencia más fácil y un camino sin dificultades, sobre todo si a cambio, se nos pide que arrojemos nuestra personal alegría creativa a una pira crematoria en lugar de encender nuestra propia hoguera.
- Marlina
0 comentarios:
Publicar un comentario